miércoles, 1 de octubre de 2014

antología

Traté de numerar todas las cosas que pensé y fue más o menos así:
Tal vez no haya fin de cuatrimestre, Navidad, año nuevo, besos de año nuevo, conocer a mi sobrina recién nacida, las quejas sobre el calor, el sol, abrazos de cuando hace calor, los cortes de luz en verano, el alivio de entrar al café con aire acondicionado, las quejas del 14 de febrero, las quejas de mi cumpleaños del 13 de marzo, el tedio de empezar a trabajar, las últimas materias, las últimas monografías, los últimos finales, empezar dos cuatrimestres más, recibirme, probar lo que cocino, ayudarme a cocinar, lavar los platos, comer tarde mirando películas en la cama, estirarme en la cama y tocarte, no estirarme en la cama y abrazarte, tirarme en la cama y sentir que estuviste ahí, que tu piel dejó tu perfume en las sábanas mezclado con infinito, anécdotas de noche entre almohadas, dormir juntos, verte dormir porque me desperté temprano, la vergüenza de la desnudez, la sensualidad de la desnudez, llantos infundados y efímeros, abrazos inconscientes, SMS de buenos días, las ganas de fin de semana para el plan de ir al MALBA, estar entre tus cosas, besos de fin de semana, charlas de mapas y regiones cerebrales, fiestas de disfraces, charlas metafísicas, charlas sobre miedos, charlas pornográficas, charlas de la película que vimos y te quedaste dormido, el cumpleaños de las 20 personas de mi familia, discusiones sobre los tiempos y las ganas, la incomodidad de los principios, la incomodidad de los "te quiero", verte dibujar mucho más, verte preparar más desayunos, verte quejarte en más ventanillas, verte sonreír, escucharte reír, escucharte quejarte, escucharte cantar ebrio, verte hacer air guitar sobrio y ebrio, verte enseñar, verte crear, verte ponerte melancólico por leer lo que leo o lo que escribo.

Capaz no haya todo eso. Capaz no haya verte, escucharte, conocerte.
Capaz esto es todo. Capaz no hay más tiempo, no hay más que estar una gota triste y chocolate y tostadas a caballo. Capaz no.

Pero tal vez sí, tal vez sí se leer tu mirada de sospecha, el tono de voz medio bien/medio mal, las marquitas de los costados de los ojos cuando te reís, tus camisas, tus remeras, tu campera, la manera de agarrar un marcador, cómo empiezan los dibujos, en qué termina mirarte 5', un poco de hacerte el ofendido, un poco de cómo ofenderte, molestarte con chistes malos, tenerte cerca, los efectos de tenerte cerca, cómo dibujar una vaca, dónde termina el mundo de Capital Federal, cuál es el tren que pasa cerca de tu casa, algunos nombres, algunas edades, cosas de charlas borrachas pero que igual me acordé, la sensación de tus besos en mi piel, la ansiedad, la transparencia, las sorpresas, las cartas improvisadas, las cartas olvidadas, la manera de-ser-ridículamente-geniales, las ganas, las ganas de conocerte, de no durar un año, de hacer una tesis de todos mis ''de'' de lo que me pasó.


Capaz eso no fue todo.
 Capaz sí.
Y aún así ese todo que sí es mucho, mucho más que todo eso.

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