Es sábado y la espalda me hace nudos y moños y rulos y firuletes que duelen.
Radiohead en replay.
Cierro los ojos y trato de acordarme de cosas lindas. Hace unos meses que me visitó G y comimos ñoquis que hice medio a las apuradas porque me quedé dormida. O la vez que me dieron una visita guiada al Jardín Botánico a los 15 años -no lo conocía, como tampoco conozco la Reserva Ecológica-.
Las cosas lindas son tan oximorónicas como todas las cosas. Se van y se acumulan.
Quería escribir pero el mal ánimo ganó hoy.
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